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La no primavera del libro

La editorial Utopía Libros preparaba, como cada año, la primavera, esa que siempre florecía, con más libros, más poemarios, más aventuras y más sueños…

El pasado jueves 12 de marzo nos fuimos a la cama con la satisfacción del deber cumplido y nuestros sueños puestos en la inminente temporada alta literaria; al día siguiente nos vimos -como otros tantos- sorprendidos por el azote de esta nueva enfermedad: el covid-19, «la del coranovirus» . De ella algo habíamos oído hablar en las noticias, pero sin conocer su virulencia, así que, sobresaltados, abandonamos todo en cuanto nos habíamos embarcado y nos dispusimos a protegernos del enemigo, nuevo, desconocido.

Estado de alarma, confinamiento, incertidumbre, desasosiego. Irremediablemente nos remite a la crisis pasada: embargo, naves con libros, enfermedad, desahucio. Todo pasa por la mente en apenas unos segundos en los que miramos nuestros almacenes llenos, las estanterías repletas de novedades, los anaqueles que rebosan poesía; versos que caen al vacío en forma de letras que golpean el suelo de la desesperación, abecedarios rotos esparcidos por las mesas de las librerías, libros a corazón abierto… En definitiva, huérfanos sin manos que los sostengan; hojas sin sentir la humedad de un dedo que las acaricie, hojas sin pasar, mudas y en silencio. Páginas que advierten no ser miradas. Olor a tinta que baña la estancia. Los ojos ven un orden en los anaqueles que no se corresponde a otras primaveras de abriles revolucionarios, lluviosos, mojados por el erotismo de unas cuantas hojas revueltas insinuándose para ser leídas. Poseídas. Apiladas montones de aventuras inimaginables. Sueños deseosos de ser realidad, de despertar a la primavera.

Libros en formación a la espera de una orden que no llega. Libros esperando una mano inocente que los deje caer cariñosamente y con sigilo en una bolsa. Web de librería, ansiosa y expectante de ser abierta y sentir suavemente el ratón de librería entrar en su fondo, buscando algún relato o poema que echar al carrito virtual de la compra.

Hoy, 23 de abril, Día del Libro, en esta fecha tan importante para la cultura, hago un llamamiento a editoriales, distribuidoras, librerías, autoras y autores, y a personas lectoras. Su compromiso con la lectura y leer cinco minutos más, leer cinco páginas más y regalar un libro más. Reivindicar el libro como herramienta de libertad y la lectura como alimento de la inteligencia, apelando al sustento de la cultura y el sostén del conocimiento y al medio pan del librero que comparte con los autores y con este humilde editor.

(Ricardo González. Columna de opinión, Diario Córdoba)

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